Pese a su juventud, 24 años, Francisco Núñez, analista de sistemas y colaborador de Kibernum desde hace 2 meses, tiene sus metas muy claras: “ser deportista y buen empleado, porque para mí, ambos van de la mano. Necesito trabajar y a la vez necesito entrenar para estar bien conmigo mismo, lo que me permitirá entregar lo mejor en mi trabajo”.
Este joven analista -que trabaja para Falabella- confiesa que prefiere los deportes colectivos por sobre los individuales. El que practica aún no es tan popular en Chile. Se trata del Lacrosse, que según nos explica Francisco, se juega con 10 personas por lado, siendo una mezcla de rugby y jockey sobre hielo, aunque es sobre césped. “Es un deporte de alto contacto, muy rápido y de alta intensidad, se requieren varias destrezas físicas como velocidad para correr, agilidad y también motricidad fina” indica.
Refiriéndose a su amor por el deporte, Francisco cuenta que antes jugaba voleibol, básquetbol y fútbol. Después de un paréntesis obligado de dos años-debido a que estudiaba y trabajaba-volvió al deporte con el Lacrosse, integrándose al Club Santiago Lacrosse. Cabe mencionar que en Santiago hay cerca de 50 jugadores de este deporte, unas 20 mujeres y el resto, hombres.
El desafío a mediano plazo para este deportista y su Club es participar en el Mundial Masculino del 2018, a realizarse en Inglaterra. Las mujeres, por su parte, ya tienen asegurado su cupo en el Mundial Femenino que se efectuará el 2017. Otro reto deportivo, aunque a corto plazo, es la organización del triangular que se disputará en Chile en noviembre, con la participación de Argentina y Perú.
En cuanto al apoyo que reciben para la práctica del Lacrosse, deporte que ingresará a los juegos olímpicos del 2024, Francisco reconoce que falta mucho en Chile, agregando que los grandes auspiciadores son Estados Unidos y Canadá, países que los apoyan con todos los implementos que se requieren: cascos, coderas y tantos otros accesorios requeridos.
Al hablar de su actividad deportiva, este analista transmite entusiasmo y más aún, pasión. Reflexionando, explica la positiva sinergia que se genera entre el deporte y trabajo. “El deporte me ha permitido incorporar en el trabajo algunos aspectos súper valiosos, tales como el compromiso y respeto con el resto del equipo; la constancia y el alto grado de preocupación por los demás. El trabajo y el deporte tienen un gran espacio común, ambos me ayudan a ser mejor persona”, indica.