Es sabido que a estas alturas los baby boomers se aferran con uñas y dientes al terremoto tecnológico que en los últimos 20 años cambió no sólo las formas de comunicación, sino que además las formas en que aprendemos y vivimos. Y aunque, al parecer la mayoría se las arregla hasta ahora con el cambio, lo que sí es seguro es que el entorno tecnológico y comunicacional seguirá teniendo enormes cambios cuantitativos y cualitativos.
Isaac Asimov, aparte de profetizar cómo sería Internet, las tablets y el uso de paneles solares masivos hace más de 50 años, intuyó muy acertadamente que en el futuro el aprendizaje tendría dos características, la primera es que la educación ocurriría en los hogares, de manera personalizada, desde computadores que se “conectarían a enormes bibliotecas desde donde se podrá consultar referencias sobre cualquier tema directamente desde la fuente”. La segunda es que la educación sería permanente, ocurriría en nuestros “propios hogares a nuestra propia velocidad y en nuestra propia dirección”.
En su famosa entrevista de 1988, criticó también el hecho de que se pensara entonces que el aprendizaje tenía un final, que “leer libros, tener ideas, hacer preguntas, son cosas de niños», y que al completarse era un especie de rito de paso hacia la adultez, camino en el cual volver era motivo de vergüenza.
Nunca dejar de estudiar
Pero entonces ¿Es posible para un trabajador mayor, criado en un entorno tecnológico primitivo, triunfar como trabajadores TI? No sólo es posible, sino que también podría llegar a ser incluso ventajoso tener un trabajador mayor a cargo de ciertos aspectos relacionados con el mundo de las Tecnologías de la Información.
Siguiendo las profecías de Asimov, una primera condición que debemos seguir para lograr el éxito como trabajadores TI, es nunca dejar de aprender pues, en un contexto de cambio permanente y de información en grandes cantidades, dejar de aprender es estar condenado al pasado. Y es que la disponibilidad de información en la red no sólo hace posible estudiar temas específicos, a partir de fuentes de confianza, de manera pagada o gratuita, sino que también resulta relativamente fácil informarse en temas generales, procurando mantener un bagaje cultural que siempre resulta útil para los nuevos modelos de trabajador multifacético.
Contactos, redes y más cultura
En el mundo de la conectividad, aprovechar las redes y los contactos es una forma de mantenerse al día, compartir experiencias y aumentar las posibilidades de carreras laborales, en palabras de la jefa de diversidad e inclusión de la consultora en TI, Tarsha MacCormick “el trabajo voluntario es una gran forma de mantener las habilidades actualizadas y para entender otros roles adecuados para tu habilidades. Si puedes, hazte voluntario en organizaciones que te permitan trabajar con colegas, amigos, conocidos que tengan distintos antecedentes, que pertenezcan a otras etnias, edades, sexos o géneros, porque realmente puede abrir tu visión del mundo, así como también darte oportunidades laborales.”
El factor experiencia
Una persona mayor o de edad media ya cuenta con un bagaje laboral importante. Por un lado, la propia cultura laboral los hace menos susceptibles a la frustración y a tener mejores relaciones con sus pares. Pero además, al tener mayor experiencia, estos personajes pueden tener ventajas a la hora de ocupar cargos de supervisión, evaluación y coordinación, ya que pueden contar con mayor experiencia para relacionarse con grupos y ejercer posiciones de liderazgo de manera eficiente.