Este autodidacta profesional disfruta de sus momentos libres yendo a la vega y preparando nuevas creaciones gastronómicas para sus familiares y amigos. A futuro, no descarta desarrollar esta veta de forma seria y transformarse en el flamante dueño de un restaurant.
A los 10 años, Víctor Cavieres, Diseñador Web del Área de Marketing y Comunicaciones de Kibernum, tuvo su primer acercamiento con la cocina cuando su mamá le regaló un sartén, con el cual cocinó sus primeros huevos revueltos.
Más tarde, en 2004, este oriundo de Rancagua se vino a estudiar Diseño Gráfico a Santiago, oportunidad en la que comenzó a incursionar aún más en un rubro que a esas alturas se había convertido en una de sus grandes pasiones: la gastronomía.
“De niño me gusta la cocina y hoy soy conocido por mis amigos y familiares porque preparo diversos platos. Puedo decir que el diseño es mi pasión principal y la cocina, mi segunda pasión”, dice.
Para perfeccionarse en el rubro, durante tres meses, Víctor estudió Cocina Internacional en Inacap, en donde aprendió las nociones básicas del tema. Y con el tiempo, ha ido complementando esos conocimientos realizando diversos cursos de cocina con profesores chilenos y extranjeros, destacando un taller de identificación de hierbas silvestres en Santiago con el chef Diego Prado y un curso de sushi tradicional japonés, con el chef Shigenobu Mukae.
“Mi especialidad es la preparación de masas, pero aún así me he perfeccionado en distintas áreas realizando otros cursos, por ejemplo, de cocina japonesa. Siempre me ha gustado el tema de la estética y la cocina igual tiene un poco de eso, sobre todo la cocina oriental que es bien visual. De hecho, aprendí que el tiempo de cocción es clave para mantener el color y sabor de los productos”, declara.
Víctor, en general, se destaca por ser autodidacta en su aprendizaje: de niño aprendió inglés gracias a los videojuegos y hoy su biblioteca personal se divide entre libros de diseño, arte y cocina. “Me gusta estar investigando, estudiando, tengo facilidad para aprender, de hecho la programación web tambien es algo que aprendí solo”, comenta.
En Kibernun, sólo sus compañeros más cercanos han tenido el privilegio de probar sus preparaciones. “No se ha dado la instancia de mostrar masivamente este talento, pero con mi equipo de trabajo comparto las cosas que hago, les muestro imágenes de lo que preparo. Aunque soy más bien reservado con algunas recetas porque pienso que aún me falta perfeccionar mi técnica”, expresa Víctor.
Y añade que aunque lleva poco tiempo desarrollando esta veta de forma seria, no descarta seguir ampliando sus conocimientos en el área y quizá, en un futuro cercano, montar su propio restaurant.
“Profesionalmente llevo poco tiempo desarrollando esto, es mucho lo que me queda por aprender y perfeccionarme, pero a corto plazo me gustaría estudiar gastronomía y a futuro crear mi propio emprendimiento, quizá abrir una trattoria. Es un proyecto que tengo en mente junto a mi novia y que me gustaría concretar”, afirma.
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