Como un amante de su familia y de los deportes. Así se define Rubén Gómez, especialista de calidad para el cliente BancoEstado, quien pronto cumplirá 4 años en la familia Kibernum y que desde hace casi ocho meses se compró una bicicleta, descubrió el ciclismo de montaña y nadie más lo ha podido bajar de ella.
“En el ciclismo de montaña practicas el trabajo en equipo, la solidaridad y el esfuerzo por lograr tus metas. Si pudiera, lo haría todos los días”
Deportista desde muy pequeño, cuenta que en su Peralillo natal solo había dos opciones, o se jugaba fútbol o se caía en malos pasos. Él escogió el deporte, primero el del balón píe – que mantiene hasta hoy – y después incursionó incluso en el atletismo.
Llegó al ciclismo por descarte, “todo comenzó por una lesión que me impedía jugar fútbol, mi gran pasión – Rubén intentó jugarlo profesionalmente – y luego de un par de años sin poder jugar producto de los dolores, subí de peso, me dejé vencer por el sedentarismo, hasta que decidí probar algún deporte donde no se comprometiera la parte lesionada y de esa manera llegué a la bicicleta”, comenta Rubén.
Y así sucedió, no le dolió la lesión, lo invitaron a subir el cerro, le quedo gustando, se compró la indumentaria, bajó de peso y recobró la energía, tanto así que además, pudo retomar el deporte de sus amores, el fútbol.
De esta manera, el Ingeniero de Sistemas compatibiliza su vida en familia, compuesta por su señora y su pequeña hija de 4 años; su trabajo, control de calidad a los documentos de los proyectos y el deporte, el que lo tiene religiosamente subiendo en bicicleta todos los fines de semana a diferentes montañas de Santiago.
Rubén Gómez asegura que son muchos los beneficios que le ha traído su nuevo hobby, y que lo que más lo motiva es poder respirar aire libre y disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, la solidaridad, el trabajo en equipo y el esfuerzo que significa lograr los objetivos propuestos, son valores que practica cada vez que sube un cerro en bicicleta y que ha podido materializar y compartir en su día a día en Kibernum, ya sea enfocado en sus metas personales o en la relación de sus compañeros de trabajo.
“En el ciclismo de montaña todos estamos dispuestos a ayudarnos entre si, aunque no nos conozcamos, nos apoyamos siempre, en las caídas, cuando hay pinchazos. Uno va conociendo más personas, ellos te presentan nuevas rutas y tú haces lo mismo con otros. Se genera una convivencia súper fuerte con el equipo” destaca.
“Si no fuera porque la familia está primero, subiría el cerro en bicicleta todos los días” concluye Rubén Gómez.