Hasta hace algunos años, el enfoque utilizado era el monolítico, donde todas las partes estaban contenidas en esa única aplicación. Hoy es posible desarrollarla de igual manera, pero con una serie de pequeños servicios que se pueden ejecutar de manera autónoma y que permiten que igualmente funcione. Son los llamados “microservicios”. ¿De qué se trata? A continuación te lo explicamos.
Hoy en día, muchas empresas aún trabajan con aplicaciones monolíticas, donde una de las grandes desventajas es no poder realizar cambios de funcionalidades específicas sin afectar al resto de los componentes de la aplicación. Con este enfoque, se puede desarrollar una aplicación software como una serie de pequeños servicios que funcionan y se comunican entre sí de manera completamente independiente, pudiendo resolver de manera más rápida problemas que van surgiendo en el proceso de desarrollo.
El arquitecto de software de Kibernum, Francisco Mendoza, explica que “a diferencia del monolítico, donde todo se compila en una sola pieza y se desarrolla en el mismo lenguaje, los microservicios son independientes y funcionan en conjunto para llevar a cabo las mismas tareas. Cada uno de esos componentes o procesos es un microservicio. Este enfoque privilegia el nivel de detalle, la sencillez y la capacidad de compartir un proceso similar en varias aplicaciones”.
Añade, como una ventaja de este nuevo método, que “los microservicios actúan por sí solos, es decir yo podría tener un módulo de usuarios, que podría ser un microservicio, y podría tener uno de ventas como otro microservicio. Necesito que toda la aplicación en conjunto funcione, pero si por ejemplo se llegase a modificar algo, mis módulos no tendrían porqué afectar a los otros, ya que están en otro microservicio y de manera separada. Un microservicio puede convivir en infraestructuras distintas, tanto física como virtualmente, y pueden estar incluso desarrollados en lenguajes distintos sin problema”.
Nuestra experiencia en la arquitectura de microservicios
Nuestra compañía viene alrededor de dos años desarrollando este tipo de arquitectura en distintos servicios, muchos de los cuales siguen mostrándose resistentes al cambio. Sin embargo, nuestra experiencia, así como también el apoyo de especialistas para cada tipo de microservicio que el cliente necesite, ha logrado que con el tiempo más empresas se sumen a este barco de la transformación.
“Además de la experiencia, nosotros aportamos especialistas en un lenguaje en específico, en levantar los servidores, o en la infraestructura para hacer convivir los microservicios. También tenemos un equipo de arquitectura que se encarga de unir todas estas piezas para que esto funcione. Es muy difícil que no seamos capaces de detectar algo, o que se nos vaya algún detalle, porque contamos con la metodología para el desarrollo y para la arquitectura trabajando con buenas prácticas en la construcción de los microservicios. Lo único que deben hacer las empresas que confían en nosotros, es atreverse al cambio”, destaca nuestro arquitecto de software, Francisco Mendoza.
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