Orientarse a ser una empresa sustentable, hoy se ha vuelto un factor fundamental en las organizaciones. Ya no solo debemos pensar en ser empresas sustentables como una forma de contribución social; sino como una “forma de actuar” que garantiza el éxito comercial a largo plazo.
La sustentabilidad tiene tres grandes componentes: social, económico y ambiental. Sin embargo, las empresas se han orientado mayoritariamente al desarrollo de acciones que abordan la arista ambiental, especialmente las organizaciones productivas. Pero ¿qué pasa cuando operamos en una empresa de servicios, que no posee procesos productivos que puedan ser contaminantes? ¿Cómo abordamos la sustentabilidad?
Cuando operamos en una empresa de servicios debemos abordar la problemática de la sustentabilidad los temas que son críticos en nuestro desempeño, en la mayoría de los casos, las personas.
Implementar prácticas acertadas, como la adopción de remuneraciones justas, el desarrollo de un buen entorno de trabajo (es decir contar con óptimos diseños de espacios: con condiciones de tamaño, acústica, diseño e iluminación adecuados), las oportunidades de capacitación y beneficios en materia de salud y educación para los trabajadores y sus familias pueden elevar la motivación y aumentar la productividad. Al mismo tiempo que reducen las ausencias y la rotación de personal.
Es por esto, que ser una empresa sustentable, también significa invertir en capacitación, buenas condiciones laborales y beneficios para los colaboradores. Debemos dejar de ver estas acciones como un gasto, pues todo lo que damos a nuestros trabajadores lo recuperamos en forma de eficiencia, calidad, lealtad e innovación. Lo que desde el punto de vista comercial, es una sabia decisión.
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