El crecimiento exponencial del negocio es una de las mayores ventajas que la internacionalización supone para las compañías. Kibernum apostó por ella y decidió ingresar al mercado colombiano, país en el que espera crecer alrededor de un 20% anual.
En mayo pasado Kibernum inauguró oficialmente sus oficinas en Colombia. Tras 23 años de trayectoria en Chile, nuestra empresa decidió conquistar otros mercados y comenzó así su proceso de internacionalización en América Latina.
Con el inicio de operaciones en ese país, Kibernum se alista para concretar uno de sus máximos desafíos: duplicar su crecimiento al 2018 y continuar expandiendo sus cuatro áreas de negocios: Personas TI, Ingeniería de Software, BPO y Capacitación. Para esa fecha, la firma proyecta crecer en Colombia alrededor de un 20% anual y generar del orden de 100 contratos con diferentes compañías. En Chile, Kibernum ya supera esa cifra de crecimiento y factura más de US$ 60 millones.
El crecimiento exponencial del negocio es una de las mayores ventajas que la internacionalización supone para las compañías y es por esto que apostar por ella resulta fundamental, comenta Constanza Bianchi, Ph.D. profesora titular de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
“La internacionalización incrementa las ventas y mercado potencial al aumentar el número de consumidores o clientes internacionales. Esto lleva a que las empresas sean más grandes”, afirma la académica. “Las empresas que se internacionalizan también se vuelven más productivas y, por ende, más competitivas. Logran mayores sinergias y economías de escala al tener mayores volúmenes de venta y de compra”, agrega.
Otra ventaja de la internacionalización, dice Bianchi, es que permite a las empresas resistir mejor las crisis económicas, ya que al estar más diversificadas suelen crecer incluso en épocas de recesión; desarrollar una marca global y buscar oportunidades en países con mayor potencial de crecimiento.
Es esta última una de las razones que llevaron a nuestra empresa a apostar por Colombia, país que hoy tiene 48 millones de habitantes, casi tres veces la población chilena, y una gran estabilidad económica que genera un ambiente propicio para los negocios, principalmente en el rubro TI, explica Mario Araya, gerente general de Kibernum.
“Colombia es un país muy atractivo dada su estabilidad económica, tiene un inminente ingreso a la OCDE y altas tasas de crecimiento proyectadas para los próximos años no sólo a nivel económico, sino también en el rubro TI, en donde la inversión en este sector ha sido muy importante en el último tiempo”, comenta.
Añade que, por otro lado, el Outsourcing de Personas TI, unidad de negocios de Kibernum que más se potenciará en ese país, “no se conoce todavía, por lo que tenemos la oportunidad de comenzar todo un proceso de evangelización y cubrir una necesidad insatisfecha”.
Impulso
Según Christian Cancino, profesor del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el reducido tamaño de nuestro país es el que ha impulsado a distintas empresas -pequeñas, medianas y grandes– a ver en la internacionalización “un camino para buscar un mayor número de potenciales clientes para la venta de productos y servicios”.
Con el fin de fomentar esta participación en mercados internacionales, Chile ha desarrollado una serie de acuerdos comerciales, entre los que destacan los Tratados de Libre Comercio, que permiten el comercio de bienes y servicios asegurando una mayor competitividad en el extranjero, a menores riesgos y aranceles, y bajo el amparo de normas y leyes, entre otros aspectos.
“Estos acuerdos comerciales están siendo aprovechados por algunos empresarios que han visto una posibilidad de aumentar potencialmente el número de consumidores, incrementando con ello sus ingresos, incluso, recuperando rápidamente la inversión inicial, debido a que ciertos productos nuestros son mejor valorados en otros países, ya sea porque carecen de ellos y/o porque tienen un valor agregado”, explica Cancino.
Oportunidad para todos
Según Bianchi, de la UAI, aunque en general la mayoría de las empresas puede internacionalizarse -siempre y cuando haya consumidores extranjeros que valoren su oferta de productos y servicios-, no todas están preparadas para hacerlo.
Para lograrlo, deben tener primero una base local fuerte. “Internacionalizarse cuesta caro y las empresas deben tener recursos para entrar a nuevos mercados. Para financiar esta expansión es muy importante tener una base local fuerte que genere fondos significativos”, asegura. Además de esto, “deben tener una ventaja competitiva que sea transferible a nuevos mercados y agregue valor a consumidores extranjeros”.
Cancino, por su parte, advierte que todas las empresas pueden avanzar en procesos de internacionalización, aunque eso dependerá de los recursos que tengan disponibles, los mercados a los que esperan llegar y el valor agregado que pueda tener el producto o servicio que ofrezcan.
Kibernum ya inició este proceso en Colombia y los pronósticos son auspiciosos. “Tenemos la proyección de vender US$ 5 millones en los primeros cuatro años de operación. Y en los primeros dos años debiéramos estar en torno a los US$2 millones de venta anual, lo que nos abre buenas perspectivas para el futuro de la empresa”, dice Mario Araya, quien no descarta, en un futuro cercano, mirar también hacia Perú.