Durante los últimos años se han masificado las actividades dentro de las empresas orientadas a mejorar la motivación de los colaboradores hacia su lugar de trabajo. En general, se realizan acciones relacionadas con integración, esparcimiento, deporte, gimnasia de pausa, meditación, promoción interna, capacitación, etc. La lista es larga y algunas veces más creativa y asertiva que otras.
¿Pero esta gran gama de acciones sirven realmente para mejorar la motivación de las personas? Particularmente, creo que aunque estas actividades ayudan, no son suficientes para motivar a nuestros equipos.
Mi argumento está basado en una historia que me contaron hace algunos años acerca de un grupo de obreros a los que les pedían hacer hoyos sin explicarles para qué. Inicialmente tuvieron una alta productividad, pero en la medida que pasaban los días la productividad fue decayendo cada vez más. Sin embargo, el escenario cambió en el momento que les dijeron cuál era el sentido de lo que estaban haciendo. De esta forma, la productividad volvió a crecer.
Así, creo que en la medida que las empresas crecen, muchos colaboradores se alejan del sentido final de la organización, pasando a ser un eslabón de cadenas extremadamente extensas. Por lo que no siempre es posible integrar a todos en la generación de cambios o en la toma de decisiones.
Ante este escenario es importante generar otro tipo de instancias. Creo que las empresas tienen más objetivos que solo los relacionados con el producto o servicio que venden. Las organizaciones están aquí también para contribuir a la sociedad a través de, por ejemplo, sus actividades de Responsabilidad Social Empresarial.
El involucrar a los trabajadores en las actividades de RSE a través del voluntariado trae excelentes frutos para la organización y para sus integrantes, ya que incrementa el sentido de pertenencia, involucra a los colaboradores con las actividades de la empresa, genera equipos entre personas que muchas veces no trabajarían juntas y lo más importante da felicidad a quienes participan.
Beatriz Astorga
Jefa de marketing y RSE Kibernum